Este militar británico cumple su sueño de jugar al rugby

Semesa, como todos los niños de Naselai, una aldea situada a un puñado de kilómetros de Suva, capital de Fidji, siempre quiso jugar al rugby. Sin embargo, no era especialmente talentoso, ni especialmente rápido, ni tan siquiera especialmente fuerte. A menudo era descartado por los entrenadores. "No era ni suplente en el equipo de la escuela”, recuerda."Había un montón de jugadores mejores que yo. Así que el plan A pasó a ser hacer carrera en el Ejército para mantener a mi familia y tratar de llegar a sargento. El rugby pasó a un segundo plano”.

A los 19 años Roko abandonó su pueblo natal para alistarse en el ejército británico. Su padre, Ilaitia, todavía sirve en el Ejército de Fidji y actualmente forma parte de una misión de paz de la ONU en los Altos del Golán. Su hermano Rupeni sirve en la Guardia Negra, en Innvernes, además de jugar al rugby para el ejército como Sub-23. Y su hermana está casada con otro soldado de ese mismo Regimiento.

Enrolado en la unidad de Caballería ligera de la base de Fallingbostel en el corazón de Alemania, solicitó graduarse como conductor de tanques, lo que le permitió viajar a primera línea de combate: Afganistán. Corría el año 2011 y durante su primera semana allí, Semesa vivió un hecho que marcó su vida. Estaba patrullando con dos compañeros cuando uno de ellos pisó una mina y perdió ambas piernas. Aquel día se prometió a sí mismo que aprovecharía todas las oportunidades que le brindase la vida. 

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Semesa Rokoduguni, durante su partido de debut ante los All Blacks.

La primera fue retomar su sueño de niño de jugar al rugby. Se alistó en los Royal Scots Dragoon Guards, equipo de VII del ejército, y comenzó a destacar por su potencia y explosividad. Del VII pasó al XV, donde deslumbró. Anotó cuatro ensayos contra los poderosos pilotos de la RAF en 2011 y luego un 'hat-trick' ante la Army en Twickenham en 2012. Ese partido lo presenció Gary Cold, técnico de Bath, que se puso en contacto inmediatamente con él. “Por suerte, Gary también a mi jefe de regimiento, que era fan de Bath. Sólo entonces pensé: ‘Esto va en serio'. Bath me ofreció una prueba durante dos semanas y me acabaron ofreciendo un contrato. Así que, de repente, el plan A se había activado de nuevo. Iba a jugar al rugby y si la cosa no salía bien, siempre podía regresar a la vida militar”.

Rokoduguni debutó en un partido contra Newport-Gwent Dragons en el que logró dos ensayos. Este año su progresión ha sido tan espectacular, que Stuart Lancaster le ha reclutado para jugar con Inglaterra. Las razones las explica el seleccionador: “Roko no es el tipo de persona que habla mucho. Es un hombre más de acción que de palabra. Reúne todos los atributos para ser un líder y eso se nota cuando está en el vestuario con sus compañeros. Resulta inspirador para el grupo”. 

Semesa ofrece una visión que sirve a Lancaster para rebajar la presión de sus jugadores. “Cuando estás en el campo de rugby y haces algo mal,como fallar un placaje o perder la oportunidad de anotar, sabes que vas a tener una segunda oportunidad. En Afganistán no puedes permitirte el lujo de cometer errores, porque puede que alguien pierda su vida por ello”.

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Rokoduguni, con Inglaterra ante los Barbarians.

Horas antes de debutar ante los All Blacks, Lancaster le advirtió: "Te mides al jugador más desequilibrante del mundo: Julian Savea. No tengo nada más que decir". Aquella tarde todos los diarios ingleses se hicieron eco de las emocionantes palabras deRoko previas al duelo: “Será un gran honor servir a Inglaterra dentro del campo de rugby. Espero que la gente me vea como un ciudadano británico y aprecie lo que los soldados nacidos en el extranjero están haciendo por este país al poner sus vidas en peligro”. Savea no era cuestión de vida o muerte, pero dos placajes demoledores de Rokoduguni le impidieron ensayar. Semesa es un hombre de acción.  El ala que buscaba Lancaster, el líder que necesitaba la tres cuarta inglesa. El Soldado Oval.