lunes, 20 de octubre de 2014

Ferrari en su línea...

La situación para Fernando Alonso empieza a hacerse insostenible dentro de Ferrari. Desde que surgieron las desavenencias entre el español y el nuevo jefe ejecutivo Marco Mattiacci, en el Gran Premio de Bélgica, no ha habido ninguna carrera en la que no haya sufrido un percance, bien sea mecánico, de decisión estratégica o un error en boxes como el de ayer.
Resulta extraño, porque, si bien las prestaciones de los bólidos rojos han ido rozando el patetismo en el último lustro en comparación con los verdaderos dominadores (Red Bull y Mercedes), la fiabilidad ha sido siempre su punto fuerte. Las paradas en el taller, también.


El mal ambiente viene arrastrando desde Spa
De repente, se rompe siempre el mismo coche, o se toman decisiones en el muro contrarias a la opinión del piloto, como sucedió en Singapur, donde le quitaron con una última parada la posición de ventaja que tenía sobre los dos Red Bull: un segundo puesto, para ser concretos.
Allí, en Marina Bay, fue donde Fernando estalló tras la filtración del fichaje de Vettel, que finalmente resultó ser cierta. Pero las aguas venían revueltas desde antes. En Spa fue donde Fernando entró en Red Bull para firmarle una camiseta a su antiguo ingeniero, Paul Monaghan. Y, según los medios italianos, Mattiacci se enfadó mucho por un gesto que no estimó oportuno.


Cinco imprevistos en las cinco últimas carreras
Antes del parón del verano, Fernando se marchó con un flamante podio en Hungría. Era cuarto en el Mundial de Pilotos, con 115 puntos, sin una avería mecánica desde Malasia 2010. Ahora es sexto, después de haber sumado 28 puntos en los cinco últimos grandes premios.
Seguramente es casualidad y la actitud de Alonso está siendo de contemporizar y no protestar sobre las estrategias, los fallos o las baterías que llegan vacías a la parrilla, al menos ante la prensa. De puertas para adentro, será otro cantar.
Pero bien puede parecer que al ovetense le están haciendo las de Barrichello en la época del Káiser. Lo llamativo es que ni por esas Kimi consigue quedar por delante. Ayer fue una rueda torcida en la única parada en boxes, con la que perdió unos cinco segundos. Pasó de cuarto a sexto.


La relación con Mattiacci está completamente rota
La relación está completamente rota. Se habla de una más que tensa reunión en Suzuka, que según Mark Hughes, periodista de The Sunday Times, «fue cerrada por un Alonso furioso, diciéndole al jefe que era un hijo de puta». No hay ninguna posibilidad de que el español siga en Ferrari, como se ha llegado a especular sin ninguna lógica.
A Fernando se le ve mucho más feliz que en los últimos tiempos, como si se hubiera quitado un gran peso de encima. Su actitud en Sochi era la de estar completamente relajado y suelto.


Alonso, convencido de que Ferrari no será competitivo
Alonso lo ha dado todo por su actual equipo y si no ha ganado ningún título ha sido por la desorganización del equipo en los momentos clave. No han sabido hacer un coche ganador, debido al conservadurismo y al miedo al fracaso. Parecen haber preferido ser segundos que arriesgarse a fabricar un coche más evolucionado y estrellarse.
Quizás ese miedo ocultaba una incapacidad para ir más allá de donde han llegado con el piloto más completo de la parrilla durante los últimos cinco años. El que conducía la máquina debía compensar las carencias de la misma.
La situación que vive Fernando en Ferrari es complicada, especialmente cuando ha perdido a tres personas que empezaron con él este proyecto inacabado. La ausencia de Domenicali, Botín y Montezemolo, en orden de cercanía, ha dejado al asturiano solo ante la mayor incógnita de su carrera deportiva.
La pregunta que se ha hecho es: ¿serán capaces de hacer un coche ganador para 2015? La respuesta que le salía estaba bien clara: NO con mayúsculas.


En Ferrari están hasta el gorro de Räikkönen
Pero Fernando no es el único problema de Ferrari en cuestión de pilotos. La paciencia con Kimi Räikkönen está muy cerca de llegar a colmarse. No es tanto por sus números en pista, donde Fernando cada vez parece sacarle más tiempo por vuelta, como por otras cuestiones.
Ha trascendido un penoso episodio en el vuelo que lo trasladaba de Tokio a Moscú y en el que coincidió con gente de otros equipos y periodistas. El finlandés parece que llegó directamente de alguna fiesta y la continuó a bordo del avión, con voces y un comportamiento poco acorde al de un piloto de la Scuderia. El suceso sentó muy mal por cuanto la familia de Ferrari llegaba completamente abatida por el estado de Jules Bianchi, al que habían dejado ingresado en Yokkaichi.
Sería una bomba inesperada que en Ferrari cambiaran de golpe de pilotos de un año para otro, pero ganas no le faltan ahora a Mattiacci.


Newey ha dado la enésima negativa a los italianos
No acaban ahí los problemas. Aprovechando la llegada de Vettel, Mattiacci pudo haber tentado a Adrian Newey, el director técnico de Red Bull, por enésima vez en los últimos cuatro años. El británico ha dicho que ni se lo plantea. En realidad, son pocos los que se atreven a ir a Maranello en cargos directivos, ya que su autoridad acaba siendo cercenada desde todos lados en la fábrica. Cuentan que James Allison empieza a estar un tanto decepcionado. Y todo eso corre entre los colegas. Newey está bien informado.
a situación para Fernando Alonso empieza a hacerse insostenible dentro de Ferrari. Desde que surgieron las desavenencias entre el español y el nuevo jefe ejecutivo Marco Mattiacci, en el Gran Premio de Bélgica, no ha habido ninguna carrera en la que no haya sufrido un percance, bien sea mecánico, de decisión estratégica o un error en boxes como el de ayer.


Leer más: Fórmula 1: Ferrari es un polvorín - MARCA.com
a situación para Fernando Alonso empieza a hacerse insostenible dentro de Ferrari. Desde que surgieron las desavenencias entre el español y el nuevo jefe ejecutivo Marco Mattiacci, en el Gran Premio de Bélgica, no ha habido ninguna carrera en la que no haya sufrido un percance, bien sea mecánico, de decisión estratégica o un error en boxes como el de ayer.


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a situación para Fernando Alonso empieza a hacerse insostenible dentro de Ferrari. Desde que surgieron las desavenencias entre el español y el nuevo jefe ejecutivo Marco Mattiacci, en el Gran Premio de Bélgica, no ha habido ninguna carrera en la que no haya sufrido un percance, bien sea mecánico, de decisión estratégica o un error en boxes como el de ayer.


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a situación para Fernando Alonso empieza a hacerse insostenible dentro de Ferrari. Desde que surgieron las desavenencias entre el español y el nuevo jefe ejecutivo Marco Mattiacci, en el Gran Premio de Bélgica, no ha habido ninguna carrera en la que no haya sufrido un percance, bien sea mecánico, de decisión estratégica o un error en boxes como el de ayer.


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a situación para Fernando Alonso empieza a hacerse insostenible dentro de Ferrari. Desde que surgieron las desavenencias entre el español y el nuevo jefe ejecutivo Marco Mattiacci, en el Gran Premio de Bélgica, no ha habido ninguna carrera en la que no haya sufrido un percance, bien sea mecánico, de decisión estratégica o un error en boxes como el de ayer.


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a situación para Fernando Alonso empieza a hacerse insostenible dentro de Ferrari. Desde que surgieron las desavenencias entre el español y el nuevo jefe ejecutivo Marco Mattiacci, en el Gran Premio de Bélgica, no ha habido ninguna carrera en la que no haya sufrido un percance, bien sea mecánico, de decisión estratégica o un error en boxes como el de ayer.


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a situación para Fernando Alonso empieza a hacerse insostenible dentro de Ferrari. Desde que surgieron las desavenencias entre el español y el nuevo jefe ejecutivo Marco Mattiacci, en el Gran Premio de Bélgica, no ha habido ninguna carrera en la que no haya sufrido un percance, bien sea mecánico, de decisión estratégica o un error en boxes como el de ayer.


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a situación para Fernando Alonso empieza a hacerse insostenible dentro de Ferrari. Desde que surgieron las desavenencias entre el español y el nuevo jefe ejecutivo Marco Mattiacci, en el Gran Premio de Bélgica, no ha habido ninguna carrera en la que no haya sufrido un percance, bien sea mecánico, de decisión estratégica o un error en boxes como el de ayer.


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a situación para Fernando Alonso empieza a hacerse insostenible dentro de Ferrari. Desde que surgieron las desavenencias entre el español y el nuevo jefe ejecutivo Marco Mattiacci, en el Gran Premio de Bélgica, no ha habido ninguna carrera en la que no haya sufrido un percance, bien sea mecánico, de decisión estratégica o un error en boxes como el de ayer.
a situación para Fernando Alonso empieza a hacerse insostenible dentro de Ferrari. Desde que surgieron las desavenencias entre el español y el nuevo jefe ejecutivo Marco Mattiacci, en el Gran Premio de Bélgica, no ha habido ninguna carrera en la que no haya sufrido un percance, bien sea mecánico, de decisión estratégica o un error en boxes como el de ayer.


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a situación para Fernando Alonso empieza a hacerse insostenible dentro de Ferrari. Desde que surgieron las desavenencias entre el español y el nuevo jefe ejecutivo Marco Mattiacci, en el Gran Premio de Bélgica, no ha habido ninguna carrera en la que no haya sufrido un percance, bien sea mecánico, de decisión estratégica o un error en boxes como el de ayer.


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a situación para Fernando Alonso empieza a hacerse insostenible dentro de Ferrari. Desde que surgieron las desavenencias entre el español y el nuevo jefe ejecutivo Marco Mattiacci, en el Gran Premio de Bélgica, no ha habido ninguna carrera en la que no haya sufrido un percance, bien sea mecánico, de decisión estratégica o un error en boxes como el de ayer.


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a situación para Fernando Alonso empieza a hacerse insostenible dentro de Ferrari. Desde que surgieron las desavenencias entre el español y el nuevo jefe ejecutivo Marco Mattiacci, en el Gran Premio de Bélgica, no ha habido ninguna carrera en la que no haya sufrido un percance, bien sea mecánico, de decisión estratégica o un error en boxes como el de ayer.


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a situación para Fernando Alonso empieza a hacerse insostenible dentro de Ferrari. Desde que surgieron las desavenencias entre el español y el nuevo jefe ejecutivo Marco Mattiacci, en el Gran Premio de Bélgica, no ha habido ninguna carrera en la que no haya sufrido un percance, bien sea mecánico, de decisión estratégica o un error en boxes como el de ayer.


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a situación para Fernando Alonso empieza a hacerse insostenible dentro de Ferrari. Desde que surgieron las desavenencias entre el español y el nuevo jefe ejecutivo Marco Mattiacci, en el Gran Premio de Bélgica, no ha habido ninguna carrera en la que no haya sufrido un percance, bien sea mecánico, de decisión estratégica o un error en boxes como el de ayer.
dLa situación para Fernando Alonso empieza a hacerse insostenible dentro de Ferrari. Desde que surgieron las desavenencias entre el español y el nuevo jefe ejecutivo Marco Mattiacci, en el Gran Premio de Bélgica, no ha habido ninguna carrera en la que no haya sufrido un percance, bien sea mecánico, de decisión estratégica o un error en boxes como el de ayer.
Resulta extraño, porque, si bien las prestaciones de los bólidos rojos han ido rozando el patetismo en el último lustro en comparación con los verdaderos dominadores (Red Bull y Mercedes), la fiabilidad ha sido siempre su punto fuerte. Las paradas en el taller, también.
El mal ambiente viene arrastrando desde Spa
De repente, se rompe siempre el mismo coche, o se toman decisiones en el muro contrarias a la opinión del piloto, como sucedió en Singapur, donde le quitaron con una última parada la posición de ventaja que tenía sobre los dos Red Bull: un segundo puesto, para ser concretos.
Allí, en Marina Bay, fue donde Fernando estalló tras la filtración del fichaje de Vettel, que finalmente resultó ser cierta. Pero las aguas venían revueltas desde antes. En Spa fue donde Fernando entró en Red Bull para firmarle una camiseta a su antiguo ingeniero, Paul Monaghan. Y, según los medios italianos, Mattiacci se enfadó mucho por un gesto que no estimó oportuno.
Cinco imprevistos en las cinco últimas carreras
Antes del parón del verano, Fernando se marchó con un flamante podio en Hungría. Era cuarto en el Mundial de Pilotos, con 115 puntos, sin una avería mecánica desde Malasia 2010. Ahora es sexto, después de haber sumado 28 puntos en los cinco últimos grandes premios.
Seguramente es casualidad y la actitud de Alonso está siendo de contemporizar y no protestar sobre las estrategias, los fallos o las baterías que llegan vacías a la parrilla, al menos ante la prensa. De puertas para adentro, será otro cantar.
Pero bien puede parecer que al ovetense le están haciendo las de Barrichello en la época del Káiser. Lo llamativo es que ni por esas Kimi consigue quedar por delante. Ayer fue una rueda torcida en la única parada en boxes, con la que perdió unos cinco segundos. Pasó de cuarto a sexto.
La relación con Mattiacci está completamente rota
La relación está completamente rota. Se habla de una más que tensa reunión en Suzuka, que según Mark Hughes, periodista de The Sunday Times, «fue cerrada por un Alonso furioso, diciéndole al jefe que era un hijo de puta». No hay ninguna posibilidad de que el español siga en Ferrari, como se ha llegado a especular sin ninguna lógica.
A Fernando se le ve mucho más feliz que en los últimos tiempos, como si se hubiera quitado un gran peso de encima. Su actitud en Sochi era la de estar completamente relajado y suelto.
Alonso, convencido de que Ferrari no será competitivo
Alonso lo ha dado todo por su actual equipo y si no ha ganado ningún título ha sido por la desorganización del equipo en los momentos clave. No han sabido hacer un coche ganador, debido al conservadurismo y al miedo al fracaso. Parecen haber preferido ser segundos que arriesgarse a fabricar un coche más evolucionado y estrellarse.
Quizás ese miedo ocultaba una incapacidad para ir más allá de donde han llegado con el piloto más completo de la parrilla durante los últimos cinco años. El que conducía la máquina debía compensar las carencias de la misma.
La situación que vive Fernando en Ferrari es complicada, especialmente cuando ha perdido a tres personas que empezaron con él este proyecto inacabado. La ausencia de Domenicali, Botín y Montezemolo, en orden de cercanía, ha dejado al asturiano solo ante la mayor incógnita de su carrera deportiva.
La pregunta que se ha hecho es: ¿serán capaces de hacer un coche ganador para 2015? La respuesta que le salía estaba bien clara: NO con mayúsculas.
En Ferrari están hasta el gorro de Räikkönen
Pero Fernando no es el único problema de Ferrari en cuestión de pilotos. La paciencia con Kimi Räikkönen está muy cerca de llegar a colmarse. No es tanto por sus números en pista, donde Fernando cada vez parece sacarle más tiempo por vuelta, como por otras cuestiones.
Ha trascendido un penoso episodio en el vuelo que lo trasladaba de Tokio a Moscú y en el que coincidió con gente de otros equipos y periodistas. El finlandés parece que llegó directamente de alguna fiesta y la continuó a bordo del avión, con voces y un comportamiento poco acorde al de un piloto de la Scuderia. El suceso sentó muy mal por cuanto la familia de Ferrari llegaba completamente abatida por el estado de Jules Bianchi, al que habían dejado ingresado en Yokkaichi.
Sería una bomba inesperada que en Ferrari cambiaran de golpe de pilotos de un año para otro, pero ganas no le faltan ahora a Mattiacci.
Newey ha dado la enésima negativa a los italianos
No acaban ahí los problemas. Aprovechando la llegada de Vettel, Mattiacci pudo haber tentado a Adrian Newey, el director técnico de Red Bull, por enésima vez en los últimos cuatro años. El británico ha dicho que ni se lo plantea. En realidad, son pocos los que se atreven a ir a Maranello en cargos directivos, ya que su autoridad acaba siendo cercenada desde todos lados en la fábrica. Cuentan que James Allison empieza a estar un tanto decepcionado. Y todo eso corre entre los colegas. Newey está bien informado.


Leer más: Fórmula 1: Ferrari es un polvorín - MARCA.com
La situación para Fernando Alonso empieza a hacerse insostenible dentro de Ferrari. Desde que surgieron las desavenencias entre el español y el nuevo jefe ejecutivo Marco Mattiacci, en el Gran Premio de Bélgica, no ha habido ninguna carrera en la que no haya sufrido un percance, bien sea mecánico, de decisión estratégica o un error en boxes como el de ayer.
Resulta extraño, porque, si bien las prestaciones de los bólidos rojos han ido rozando el patetismo en el último lustro en comparación con los verdaderos dominadores (Red Bull y Mercedes), la fiabilidad ha sido siempre su punto fuerte. Las paradas en el taller, también.
El mal ambiente viene arrastrando desde Spa
De repente, se rompe siempre el mismo coche, o se toman decisiones en el muro contrarias a la opinión del piloto, como sucedió en Singapur, donde le quitaron con una última parada la posición de ventaja que tenía sobre los dos Red Bull: un segundo puesto, para ser concretos.
Allí, en Marina Bay, fue donde Fernando estalló tras la filtración del fichaje de Vettel, que finalmente resultó ser cierta. Pero las aguas venían revueltas desde antes. En Spa fue donde Fernando entró en Red Bull para firmarle una camiseta a su antiguo ingeniero, Paul Monaghan. Y, según los medios italianos, Mattiacci se enfadó mucho por un gesto que no estimó oportuno.
Cinco imprevistos en las cinco últimas carreras
Antes del parón del verano, Fernando se marchó con un flamante podio en Hungría. Era cuarto en el Mundial de Pilotos, con 115 puntos, sin una avería mecánica desde Malasia 2010. Ahora es sexto, después de haber sumado 28 puntos en los cinco últimos grandes premios.
Seguramente es casualidad y la actitud de Alonso está siendo de contemporizar y no protestar sobre las estrategias, los fallos o las baterías que llegan vacías a la parrilla, al menos ante la prensa. De puertas para adentro, será otro cantar.
Pero bien puede parecer que al ovetense le están haciendo las de Barrichello en la época del Káiser. Lo llamativo es que ni por esas Kimi consigue quedar por delante. Ayer fue una rueda torcida en la única parada en boxes, con la que perdió unos cinco segundos. Pasó de cuarto a sexto.
La relación con Mattiacci está completamente rota
La relación está completamente rota. Se habla de una más que tensa reunión en Suzuka, que según Mark Hughes, periodista de The Sunday Times, «fue cerrada por un Alonso furioso, diciéndole al jefe que era un hijo de puta». No hay ninguna posibilidad de que el español siga en Ferrari, como se ha llegado a especular sin ninguna lógica.
A Fernando se le ve mucho más feliz que en los últimos tiempos, como si se hubiera quitado un gran peso de encima. Su actitud en Sochi era la de estar completamente relajado y suelto.
Alonso, convencido de que Ferrari no será competitivo
Alonso lo ha dado todo por su actual equipo y si no ha ganado ningún título ha sido por la desorganización del equipo en los momentos clave. No han sabido hacer un coche ganador, debido al conservadurismo y al miedo al fracaso. Parecen haber preferido ser segundos que arriesgarse a fabricar un coche más evolucionado y estrellarse.
Quizás ese miedo ocultaba una incapacidad para ir más allá de donde han llegado con el piloto más completo de la parrilla durante los últimos cinco años. El que conducía la máquina debía compensar las carencias de la misma.
La situación que vive Fernando en Ferrari es complicada, especialmente cuando ha perdido a tres personas que empezaron con él este proyecto inacabado. La ausencia de Domenicali, Botín y Montezemolo, en orden de cercanía, ha dejado al asturiano solo ante la mayor incógnita de su carrera deportiva.
La pregunta que se ha hecho es: ¿serán capaces de hacer un coche ganador para 2015? La respuesta que le salía estaba bien clara: NO con mayúsculas.
En Ferrari están hasta el gorro de Räikkönen
Pero Fernando no es el único problema de Ferrari en cuestión de pilotos. La paciencia con Kimi Räikkönen está muy cerca de llegar a colmarse. No es tanto por sus números en pista, donde Fernando cada vez parece sacarle más tiempo por vuelta, como por otras cuestiones.
Ha trascendido un penoso episodio en el vuelo que lo trasladaba de Tokio a Moscú y en el que coincidió con gente de otros equipos y periodistas. El finlandés parece que llegó directamente de alguna fiesta y la continuó a bordo del avión, con voces y un comportamiento poco acorde al de un piloto de la Scuderia. El suceso sentó muy mal por cuanto la familia de Ferrari llegaba completamente abatida por el estado de Jules Bianchi, al que habían dejado ingresado en Yokkaichi.
Sería una bomba inesperada que en Ferrari cambiaran de golpe de pilotos de un año para otro, pero ganas no le faltan ahora a Mattiacci.
Newey ha dado la enésima negativa a los italianos
No acaban ahí los problemas. Aprovechando la llegada de Vettel, Mattiacci pudo haber tentado a Adrian Newey, el director técnico de Red Bull, por enésima vez en los últimos cuatro años. El británico ha dicho que ni se lo plantea. En realidad, son pocos los que se atreven a ir a Maranello en cargos directivos, ya que su autoridad acaba siendo cercenada desde todos lados en la fábrica. Cuentan que James Allison empieza a estar un tanto decepcionado. Y todo eso corre entre los colegas. Newey está bien informado.
La situación para Fernando Alonso empieza a hacerse insostenible dentro de Ferrari. Desde que surgieron las desavenencias entre el español y el nuevo jefe ejecutivo Marco Mattiacci, en el Gran Premio de Bélgica, no ha habido ninguna carrera en la que no haya sufrido un percance, bien sea mecánico, de decisión estratégica o un error en boxes como el de ayer.
Resulta extraño, porque, si bien las prestaciones de los bólidos rojos han ido rozando el patetismo en el último lustro en comparación con los verdaderos dominadores (Red Bull y Mercedes), la fiabilidad ha sido siempre su punto fuerte. Las paradas en el taller, también.
El mal ambiente viene arrastrando desde Spa
De repente, se rompe siempre el mismo coche, o se toman decisiones en el muro contrarias a la opinión del piloto, como sucedió en Singapur, donde le quitaron con una última parada la posición de ventaja que tenía sobre los dos Red Bull: un segundo puesto, para ser concretos.
Allí, en Marina Bay, fue donde Fernando estalló tras la filtración del fichaje de Vettel, que finalmente resultó ser cierta. Pero las aguas venían revueltas desde antes. En Spa fue donde Fernando entró en Red Bull para firmarle una camiseta a su antiguo ingeniero, Paul Monaghan. Y, según los medios italianos, Mattiacci se enfadó mucho por un gesto que no estimó oportuno.
Cinco imprevistos en las cinco últimas carreras
Antes del parón del verano, Fernando se marchó con un flamante podio en Hungría. Era cuarto en el Mundial de Pilotos, con 115 puntos, sin una avería mecánica desde Malasia 2010. Ahora es sexto, después de haber sumado 28 puntos en los cinco últimos grandes premios.
Seguramente es casualidad y la actitud de Alonso está siendo de contemporizar y no protestar sobre las estrategias, los fallos o las baterías que llegan vacías a la parrilla, al menos ante la prensa. De puertas para adentro, será otro cantar.
Pero bien puede parecer que al ovetense le están haciendo las de Barrichello en la época del Káiser. Lo llamativo es que ni por esas Kimi consigue quedar por delante. Ayer fue una rueda torcida en la única parada en boxes, con la que perdió unos cinco segundos. Pasó de cuarto a sexto.
La relación con Mattiacci está completamente rota
La relación está completamente rota. Se habla de una más que tensa reunión en Suzuka, que según Mark Hughes, periodista de The Sunday Times, «fue cerrada por un Alonso furioso, diciéndole al jefe que era un hijo de puta». No hay ninguna posibilidad de que el español siga en Ferrari, como se ha llegado a especular sin ninguna lógica.
A Fernando se le ve mucho más feliz que en los últimos tiempos, como si se hubiera quitado un gran peso de encima. Su actitud en Sochi era la de estar completamente relajado y suelto.
Alonso, convencido de que Ferrari no será competitivo
Alonso lo ha dado todo por su actual equipo y si no ha ganado ningún título ha sido por la desorganización del equipo en los momentos clave. No han sabido hacer un coche ganador, debido al conservadurismo y al miedo al fracaso. Parecen haber preferido ser segundos que arriesgarse a fabricar un coche más evolucionado y estrellarse.
Quizás ese miedo ocultaba una incapacidad para ir más allá de donde han llegado con el piloto más completo de la parrilla durante los últimos cinco años. El que conducía la máquina debía compensar las carencias de la misma.
La situación que vive Fernando en Ferrari es complicada, especialmente cuando ha perdido a tres personas que empezaron con él este proyecto inacabado. La ausencia de Domenicali, Botín y Montezemolo, en orden de cercanía, ha dejado al asturiano solo ante la mayor incógnita de su carrera deportiva.
La pregunta que se ha hecho es: ¿serán capaces de hacer un coche ganador para 2015? La respuesta que le salía estaba bien clara: NO con mayúsculas.
En Ferrari están hasta el gorro de Räikkönen
Pero Fernando no es el único problema de Ferrari en cuestión de pilotos. La paciencia con Kimi Räikkönen está muy cerca de llegar a colmarse. No es tanto por sus números en pista, donde Fernando cada vez parece sacarle más tiempo por vuelta, como por otras cuestiones.
Ha trascendido un penoso episodio en el vuelo que lo trasladaba de Tokio a Moscú y en el que coincidió con gente de otros equipos y periodistas. El finlandés parece que llegó directamente de alguna fiesta y la continuó a bordo del avión, con voces y un comportamiento poco acorde al de un piloto de la Scuderia. El suceso sentó muy mal por cuanto la familia de Ferrari llegaba completamente abatida por el estado de Jules Bianchi, al que habían dejado ingresado en Yokkaichi.
Sería una bomba inesperada que en Ferrari cambiaran de golpe de pilotos de un año para otro, pero ganas no le faltan ahora a Mattiacci.
Newey ha dado la enésima negativa a los italianos
No acaban ahí los problemas. Aprovechando la llegada de Vettel, Mattiacci pudo haber tentado a Adrian Newey, el director técnico de Red Bull, por enésima vez en los últimos cuatro años. El británico ha dicho que ni se lo plantea. En realidad, son pocos los que se atreven a ir a Maranello en cargos directivos, ya que su autoridad acaba siendo cercenada desde todos lados en la fábrica. Cuentan que James Allison empieza a estar un tanto decepcionado. Y todo eso corre entre los colegas. Newey está bien informado.

2 comentarios:

  1. es cierto, en Ferrari hay tantos problemas que Alonso no debería permanecer alli

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  2. Charlie tiene razón, Alonso no pinta nada allí.
    Por cierto, este blog es bueno ehh...

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